Este libro se enfoca en lograr la expresión plena y equilibrada del principio femenino, presente en todas las mujeres, sin importar la condición física, edad, experiencias vividas… El símbolo de las sirenas, como representación del principio femenino, surgió sin buscarlo; a través de un sueño, antes de saber que iba  escribir este libro; por algo dicen que los libros eligen a su autor.

Soñé que estaba en una biblioteca muy extraña, futurista, muy luminosa y grandísima; había un guía bibliotecario vestido con una túnica blanca; allí abrí un libro grueso, recuerdo que en su portada tenía grande la palabra “sirenas”; este libro explicaba la feminidad como algo sagrado y daba información acerca de cómo conectar con esta y expresarla de manera plena, con el propósito de despertar al Reino de los Cielos, aquí en la experiencia física.

Cuando desperté sólo recordaba algunas cosas de las que leí y también que durante el sueño, me encantó lo que leí, me pareció muy valioso y haber pensado: que ojalá pueda recordar todo y así empecé a escribirlo; de repente en momentos que no lo esperaba, no podía aguantar las ganas de tomar un esfero y un papel y escribir sin parar todo lo que venía a mi mente; por eso más que autora me siento como una humilde transmisora de información.

Adicionalmente, en las últimas ediciones, he incluido ejemplos prácticos de experiencias de mis alumnas del curso de Feminidad Sagrada, que creé a partir de este libro; y de las sesiones privadas de empoderamiento femenio y de clases de danza oriental para mujeres. 
La Sirena nos va a instruir en sus misterios, nos va a  contar muchos de sus secretos y a conducir a tesoros en el fondo del mar, porque allí en las profundidades,  hay muchas riquezas ocultas,  conocidas sólo por las sirenas.

Hay muchos tipos de sirenas (arquetipos femeninos), en el libro entrevistaremos y conoceremos a fondo a cada una y hasta iremos de compras con ellas, todo para poderlas expresar en nuestra vida, incluso a través de la  emoción, del simplemente sentir su presencia viva y real dentro de nosotras; como si por un momento dejáramos de ser quienes usualmente somos, saliéndonos de nuestro marco habitual de personalidad, siendo otras y dejándonos sorprender por esas nuevas mujeres que despiertan en nosotras, con otra mirada, con otra forma de comunicarse, de pensar, de moverse y de sentir.

Cada mujer ha aprendido a mostrar más, algunos aspectos del principio femenino, dejando de lado otros, debido a ideas aprendidas, prejuicios y ejemplos recibidos; rechazando o reprimiendo lo que aprendimos que era malo o propio de la “oscuridad” femenino; pero, algo clave: cuanto más reprimimos, ignoramos, tememos o rechazamos algo, le damos más fuerza y es más probable que en el momento menos pensado nos domine, se apodere de nosotros o se manifieste en nuestra vida de forma extrema, externa, como un espejo: a través de otras mujeres que se presentan en nuestra vida, representando la forma desequilibrada del arquetipo femenino que no hemos integrado.