Este es un libro dirigido a líderes de todo tipo: padres de familia, profesores, directivos empresariales y en general a cualquier persona que tenga el trabajo de guiar a otros,

promoviendo su desarrollo y compromiso con la acción; y como consecuencia, sus resultados exitosos; todo esto, mediante un proceso de aprendizaje; así, desde este punto de vista,  un verdadero líder necesita ser un buen pedagogo.

Incluye ideas concretas y prácticas, invitando a ponerlas a prueba (no se trata de creer sino de verificar su efectividad), para realizar una labor pedagógica más eficiente, sustentada en la práctica de una educación respetuosa, firme y auténtica;

auténtica, porque su punto de partida debe ser un deseo genuino de servicio a otro ser humano, apoyando su desarrollo personal y profesional, con una base más profunda y estable que el simple sentimiento que nos impulsa a ayudar y que podría hacernos perder neutralidad o ser permisivos.

El resultado que vemos en la sociedad actual nos muestra que es necesario hacer cambios en la forma como educamos a las personas desde que nacen, porque los comportamientos y resultados poco satisfactorios que observamos en los adultos se han originado en gran medida en el tipo de pedagogía que han recibido desde niños; por lo tanto,

si buscamos tener una sociedad pacífica, eficiente y armónica debemos educar personas con estas características, y podemos deducir que si educamos o dirigimos personas, basándonos en la agresión, en la permisividad o en el proteccionismo, no podremos lograrlo.

Para la segunda edición se revisaron y actualizaron todos los capítulos y se explican, entre otros temas: cómo cambiar la agresión como método pedagógico por la firmeza, cómo generar mediante la pedagogía, individuos más productivos para sí mismos y para la sociedad,

cómo desarrollar el carisma y su importancia en el proceso pedagógico, el inmenso valor del error y los paradigmas culturales que nos impiden aprovecharlo, principios básicos de comunicación en una pedagogía pacífica y eficiente,

la diferencia entre educación pacífica y divertida y educación permisiva, cómo aprender valores a partir de antivalores, cómo auto motivarnos y ser buenos motivadores y cómo ser un mejor ejemplo e inspiración para los demás.